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"FLECHAS PLATEADAS" UN ACCIDENTE QUE SE VOLVIO LEYENDA.


El color gris fue casi accidental.

¿Por que les llaman las flechas plateadas?


Es un apodo dado a los automóviles de carreras de Auto Union y Mercedes-Benz por la prensa, dado su dominante periodo entre 1934 y 1939. Más tarde se aplicaría sobre los Mercedes-Benz deportivos en 1954.


Todo sucedió por un "accidente" el momento exacto que se ganaron este apodo fue cuando no llegaron las decoraciones de patrocinadores y el peso Maximo del vehículo dependía de extraer hasta el mas mínimo gramo de pintura, los coches se pintaban de acuerdo a una tabla que determinaba su color según la procedencia del equipo (Nacionalidad).


La leyenda de las Flechas de Plata, comienza y se sitúa en los albores de los años 30. En aquel entonces, la F1 no existía como tal, aunque sí los Grandes Premios. Marcas de bólidos y pilotos competían entre sí, en una mezcolanza por una parte ciertamente desconcertada, pero por otra también ordenada.


Hay que señalar que las marcas, en gran medida, tenían mucha más trascendencia en cuanto a lo patriótico que tal vez hoy día. Y muchas veces, la competición se reflejaba en gran medida en equipos de tal nacionalidad, asociadas a ese país al que representaban, en lid contra otro país, con su distinto equipo o marca de monoplazas. Se podría decir que en muchos aspectos, era más fehaciente la competencia entre naciones-marcas.


De esta manera, los equipos y marcas, tradicionalmente usaban una carrocería pintada de su color característico… el color característico por aquellos tiempos de cada país en estos eventos internacionales. Así, históricamente los equipos ingleses eran verdes, los alemanes blancos, los coches franceses azules, o los italianos rojos…

En esta tesitura andamos, cuando una vez concluida la temporada de 1932, se reúne en París la Comisión Deportiva Internacional un 12 de octubre, y decide la aceptación e implantación de una nueva fórmula para las carreras automovilísticas principales: el peso del coche se limita a 750 kilos, sin contar el combustible, los líquidos lubricantes, los neumáticos, y el agua refrigerante. Todo esto en un intento de atemperar la borrachera de velocidad que estaban alcanzando con las monstruosas motorizaciones y potencias sin límites ni restricciones de pesos y demás, en una época en la que alcanzar alrededor de 250 km/h era ya normal, con la consecuente crecida de siniestralidad y muertes que acaecían en los eventos al rodar a tales velocidades por pistas que no fueron creadas para soportar esos límites.


Acaba así la era de la “fórmula libre”, en la que, por así decir, se podían encontrar en una parrilla desde coches pesados y potentes de construcción particular, hasta los modelos de competición Mercedes SSKL de 7.000 cc. y 1.500 kilos de peso, pasando por los Alfa de 2.300 cc. y 900 kilos, o los Bugatti de ocho cilindros con 4.900 cc. Compitiendo unos contra otros sin que nadie tuviera nada que oponer.


Ante estas nuevas condiciones, las escuadras se ven en un enorme aprieto, y se ven obligadas, con grandes dificultades muchas de ellas, a no ya reconvertir sus proyectos, sino a realmente empezar todo de cero en muchos casos (imaginen la dificultad de restringir aquellas monstruosas motorizaciones y potencias en 750 kilos, de un plumazo, e intentando mantener, superar, o al menos perder las mínimas prestaciones).



En esta época, las dos grandes marcas abanderadas por Alemania eran Auto Union, y sobre todo Mercedes(históricamente más veterana y enormemente exitosa en su trayectoria). Y afrontan entonces un periplo de transición, como decimos altamente complicado, en la persecución de este nuevo proceso hacia la competición. Así, tras un impás de algo más de un año, se presentan en 1934 dispuestos a alumbrar sus nuevas creaciones.


Por aquel entonces, un mítico hombre ostentaba el cargo de Director Deportivo en Mercedes: Alfred Neubauer. Un personaje que ya entonces era casi una leyenda, “Don Alfredo“, un auténtico precursor, visionario e innovador en el mundo de las carreras (les sorprendería conocer la cantidad de anécdotas y soluciones que este genio ofreció a este deporte… muchas de ellas, vigentes hoy día en la F1). A las órdenes deNeubauer corrían con Mercedes los pilotos Manfred von Brauchitsch, Fagioli, y el maestro Rudolf Caracciola (convaleciente aún de un terrible accidente que le dejó prácticamente imposibilitado de una pierna).


Hay que decir, que antes de los siguientes hechos, los antecedentes nos sitúan un 6 de marzo de 1934, cuando el equipo de la competencia, la Auto Union, se había adelantado a Mercedes, rodando en unas pruebas privadas en el Avus con su nuevo monoplaza, y batiendo todos los registros con Stuck a los mandos, y con elDoctor Ferdinand Porsche (uno de los padres del proyecto) como privilegiado y orgulloso testigo.

Tras esto, el 24 de Mayo de 1934, a puerta cerrada y en la misma pista, llega el turno y la prueba de fuego paraMercedes, y no sólo para el coche, pues también será el examen decisivo para un Caracciola, aún renqueante y con dolores, por saber si va a volver a poder afrontar las carreras y toda su exigencia. El viejo Carach lo resiste, y lo logra, consiguiendo establecer un nuevo registro récord… (aunque acaba extenuado y desencajado de dolor por su pierna, que nunca llegó a curar).


Las cartas están sobre el tapete. Dos semanas más tarde, a principios de junio, la competición de verdad comenzará para ellos en Nürburgring, con la disputa de la Carrera Internacional del Automóvil Club de Alemania, donde todos se verán las caras. Entonces, Neubauer recibe un “golpe“, Rudi Caracciola le anuncia que rehúsa tomar la salida: “Debutar precisamente en una carrera tan exigente físicamente como la de Eifel, es exigir demasiado. Si mi pierna lastimada no resistiera… eso sería terrible para mí. Jamás podría superar ese fracaso”, fueron las sensatas palabras de Carach.


Pero no quedan ahí los quebraderos del “Gordo Neubauer“, pues cuando llega la tarde anterior a la carrera, durante la verificación de los pesajes, resulta que el blanco bólido Mercedes, da exceso de peso… exactamente la báscula señala 751 kilos. Les transcribo ahora el relato de lo acontecido según palabras de la propia biografía de Alfred Neubauer (con alguna posible licencia en la traducción, por alguna expresión difícil de castellanizar, pero manteniendo la esencia):


“¿Qué hacer? La carrera es mañana. No puedo hacer que desmonten todas las partes vitales del monoplaza… Todo está pensado y calculado hasta el gramo”.


“Bonita perspectiva”, me gruñe Manfred von Brauchitsch. “A ver si se le ocurre a usted una de sus afortunadas ideas. De otro modo… estamos lucidos”

“¿Lucidos?”, pregunto yo, y en ese mismo instante se me ilumina el cerebro. “¡Naturalmente, nuestra pintura brillante, esa es la solución!”


Y durante toda la noche, nuestros mecánicos raspan toda la hermosa laca blanca brillante que cubre nuestros bólidos… Cuando estos son llevados a la báscula, a la mañana siguiente, pesan, por el filo de un cabello, 750 kilos justos, y se muestran, desnudos de pintura, con ese tono metálico, acerado… plateado. Von Brauchitsch gana la carrera, por delante de Hans Stuck. Esta fue la primera salida de la “Flechas de Plata” Mercedes… y su primera victoria.


Hoy las "Flechas plateadas" de Mercedes tienen un nombre que las nuevas generaciones no podrán olvidar pues se ha escrito una nueva hirtoria en la maxima categoria de la mano de pilotos como Michael Schumacher, Nico Rosberg y Lewis Hamilton; Mercedes AMG Petronas.

Las "Flechas plateadas modernas" con los primeros pilotos de la nueva era de la Formula 1; Michael Schumacher y Nico Rosberg.

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